Cómo Empezó Todo
Todo comenzó en una pequeña oficina de Santa Cruz de Tenerife. Yo acababa de terminar mi máster en finanzas empresariales y me di cuenta de algo: muchas empresas locales tenían ideas brillantes pero se perdían en el laberinto financiero.
El primer cliente fue una panadería familiar que quería expandirse pero no sabía cómo estructurar su financiación. Pasamos tres meses trabajando juntos, analizando cada detalle de su flujo de caja y diseñando un plan viable.
Hoy en día, esa panadería tiene cuatro ubicaciones y genera empleos para más de 15 personas. Ese proyecto me enseñó que las mejores soluciones financieras son las que se adaptan a la realidad específica de cada negocio.
Con el tiempo, nuestro enfoque se ha refinado. No ofrecemos fórmulas mágicas ni promesas irreales. Trabajamos con datos concretos, análisis detallados y mucha paciencia para entender realmente qué necesita cada empresa.